sábado, 21 de octubre de 2017

El Gallo.


El Gallo no es una taberna, es la taberna. Hay sitios en los que no hay que calificar la comida ni los camareros, como hacen hoy la mayoría de la gente en el tripadvisor en Internet, solo hay que pedir un medio de Montilla, comentarle el tiempo o algo de política al camarero en la barra y observar la clientela. No busques el típico camarero dicharachero; los camareros, los de siempre, "esaborios"con sus malas caras y sus broncas; no busques otras pretensiones. No se lo recomiendo a los pijos y snobs, amantes de gastrobares, gastronosequé y demás pijotadas, tan de moda en esta época, porque no van a encontrar lo que buscan. El Gallo es ese sitio donde la fachada ha dejado de tener molduras y ahora es lisa de tantas manos de pintura. El templo de la fritanga (que hubiera dicho mi madre) y del Montilla. Vino de bodega propia. Puedes pedir un Amargoso y no  puedes pasar sin pedir una tapa de bacalao, gambas rebozás o queso. Si eres asiduo siempre verás las mismas caras, una clientela fiel y diaria, si pierden algún cliente es que se ha ido al otro barrio a criar malvas. Lo mismo puedes ver a uno con el ABC debajo del brazo que a un republicano con su pin en la solapa. Eso es El Gallo, eso es la Córdoba profunda..


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