sábado, 26 de septiembre de 2009

Casa Curro


Hoy por casualidad y debido a un viaje que he realizado a Osuna, en la provincia de Sevilla, he descubierto un autentico templo gastronómico que - y no exagero- no le tiene que envidiar a los mejores restaurantes de cualquier sitio de España. Es una sorpresa por el sitio donde está ubicado, en un pueblo del interior de Andalucía, fuera de la ruta de una ciudad turística o de la costa. Se llama Casa Curro. Uno cree que entra al típico bar de pueblo en el que se sirven vino, cafés y cuatro tapas para los vecinos de la zona.

He perdido la cuenta de la cantidad de tapas que están escritas en las pizarras, y dispuestas a ser servidas,-no exagero- pero rondaran las cien. Lo que Casa Curro ofrece de tapas da como si hubieras hecho una autentica Ruta de la Tapa por los distintos bares sin salir de este templo gastronómico. Yo creo que aprenderse los temas de unas oposiciones a juez es más fácil que aprenderse los nombres de todas las tapas que tiene Curro. ¡Cuántas tapas!

Estando en este local me acordé de un tabernero de mi pueblo que le pedías una cerveza y preguntabas qué hay de tapa, y te contestaba el tabernero: «Lo de siempre». Y lo de siempre era queso, aceitunas, sobrantes de la comida de la casa del tabernero, quizá un choricillo o algo en conserva.

Aquí en Casa Curro la tapa es la reina del mostrador. Cuando entras ya te da la sensación que es un sitio de calidad. No es extraño ver en Curro a cuarenta lugareños y turistas tapeando en la barra y en las mesas, porque Curro deja en ridículo a los famosos pintxos de la Parte Vieja de San Sebastián. Me ha encantado los champiñones, también las alcachofas en salsa verde, el venado con piñones, las ortiguillas, las berenjenas con gambas , las “repapalillas” de bacalao, Flamenquín de espárragos trigueros(buenisimo), Bacalao con queso, etc. Estaban de lujo con la correspondiente “cervecita” helada.

En el pueblo es más conocido como “El Currito”, no esperes un local de lujo o un sitio de comida de vanguardia, tan de moda hoy en día, simplemente un bar de tapas de pueblo. Un sitio sencillo, limpio y barato, de trato exquisito y sencillo por parte de los camareros y que es un sitio que recomiendo a todos. Bien de precio, nada caro y autentica calidad. Si pasáis por Osuna parar en Casa Curro y lo comprobareis.

viernes, 11 de septiembre de 2009

El Palmar


El Palmar, en Cadiz, es una pedanía que aunque pertenece a Vejer de la Frontera está a unos 3 Km de Conil y que en los tiempos que corren aun conserva un litoral de playas vírgenes, donde todavía no ha llegado la civilización del hormigón en forma de paseos marítimos y bloques de apartamentos. Sin lugar a dudas es un pueblo donde su principal encanto es pasear por su extensa playa o sentarse en la arena y esperar uno de esos atardeceres que te quitan el hipo y que son un auténtico regalo del sol y del mar . Pero El Palmar tiene otro encanto: la de no parecerse, en nada, a uno de esos lugares de vacaciones de nuestras costas que, dicen , están de moda como Marbella, Fuengirola, la Costa del Sol, Ibiza o Benidorm.

Aquí lo que encontraras es campo abierto, horizontes limpios, agua de pozo, calles y caminos sin asfaltar, placas solares, parcelas ilegales, piaras de vacas y una extensa playa virgen . Desde Conil al Cabo de Trafalgar. Si le quitaras la playa seria lo más parecido a las múltiples urbanizaciones ilegales que abundan en nuestra geografía cordobesa.
Y lo que no encontrarás- seguro- son macro-discotecas, ni comercios ostentosos, ni centros comerciales, ni calles repletas de negocios de moda, ni playas asediadas de chiringuitos incumpliendo la ley de costas, ni paseo marítimo donde todo el mundo sale a lucir sus mejores galas. Por no encontrar, no hallarás ni un solo bloque de apartamentos, ni un solo hotel, ni siquiera un cajero automático.
Esto es El Palmar. Aquí el encanto es una playa inmensa donde conviven una pandilla de surfistas nórdicos con una familia de Alcalá de los Gazules que se escapan un fin de semana con su nevera y unas litronas del Mercadona y que han preparado un salmorejo de muerte al que con toda naturalidad te invitan, o un matrimonio alemán de jubilados que práctica el nudismo, o un grupo de hippies que venden manualidades en sus viejas furgonetas .
Es una pasada asistir a una puesta de sol comiendo huevas y papas aliñás desde la casa en la que me encuentro y que no se si será una de esas que dice el periódico que son ilegales y que habrá que derruir y que no la ha construído un promotor corrupto de Marbella, sino un albañil en paro de la sierra gaditana. Esto es El Palmar