Dejó el poder libre de equipaje. Hablaba claro, sin desdoblamientos, sin frases hechas. Decía lo que pensaba, no lo que convenía. Se va un símbolo de honestidad, austeridad, humildad y compromiso.
Vivió como pensaba, sirvió sin buscar privilegios y enseñó que la política puede ser decente.
Hay quienes llegan al poder y se creen invencibles, olvidando que todo es pasajero… incluso ellos mismos. La soberbia no deja huella; la honestidad, sí.
Si hay una lección grande , es que nunca se aferró al poder, nunca buscó ser indispensable o hacerse el mesías. Eso lo hace grande, algo que jamás tendrán, por ejemplo, Ortega o Maduro.
Hombre íntegro.
Buen viaje
No hay comentarios:
Publicar un comentario