Todavía no llego a comprender como los dueños de los bares y restaurantes hacen defensa tan ultramontana del tabaco en sus bares, no entiendo su negativa a aceptar lo que es ya una realidad en medio mundo (espacios públicos libres de humo, más aún si en ellos se sirven comidas y entran menores), quieren hacernos ver que se van a arruinar si no hay una nube tóxica cubriendo sus locales, No entiendo como anteponen sus beneficios a nuestra salud, a su propia salud y a la de sus trabajadores. Espero que sea una cuestión de tiempo. Por lo pronto ya no llegaré a mi casa con la ropa impregnada de olor a tabaco. Espero
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