Y se murió en la cama. Cada 20 N lo recordamos. Media España celebró su muerte, la otra media haciendo cola en su entierro. Aquí seguimos, 38 años después, sus herederos, sus hijos y nietos del franquismo politico y sociológico en el poder y la gente durmiendo la siesta. Menos mal que nos queda la música como arma para que despertemos.
Os dejo con Labordeta, Joaquín Carbonell y La Bullonera
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