Desde esta tierra que no tiene nieve, ni huele a glamour. Que solo huele a crisis, en la que no queda rastro de aquellos nuevos ricos en sus flamantes coches de alta gama y una clase trabajadora desorientada y renegando de sus raíces. En esta tierra que solo acumula deudas, paro, desahucios y desconcierto. Ahora que no aparecen los ángeles salvadores que nos iban a llevar al pleno empleo, la Navidad ha dejado de ser un cuento para transformarse en una pesadilla: todo es crisis, paro y desesperanza. Son tiempos de alegría por decreto, felicidad y promesas de dejar de fumar, de dejar de engordar, de dejar de creer.
Tiempos para recordar el "Venceremos" cantando por Bruce Springsteen.
Feliz 2.014
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