Le preguntaron a Massimo D´Alema, secretario general del Partido Democrático Italiano, heredero del Partido Comunista y primer ministro de Italia, si era creyente, a lo que respondió: la fe es un don y yo no lo tengo. Le pasa como a mí, que hace tiempo que deje de creer. Digo más: Mi único Dios es Bruce Springsteen.
Dentro de ese ateísmo militante este domingo votaré como es mi obligación de ciudadano comprometido pero no espero nada de la política local de donde salí expulsado y escarmentado y, creo, que no volveré (aunque no se puede decir de este agua no beberé). Y votaré por convicción, no por conveniencia. Tengo cierta tendencia a ponerme del lado de los perdedores. Como cantaba Serrat prefiero a un siux mas que el Séptimo de caballería. Me pongo siempre en la acera de enfrente de la soberbia, el engreimiento y el endiosamiento. Hice varias campañas electorales en la más absoluta soledad y ahora con escepticismo, desde la lejanía, veo a un enorme ejercito de meritorios sin oficio ni beneficio a ver si cae una concejalía, un sueldo, un trabajillo o les resuelve la política un contratillo o una salida laboral.
Sigo creyendo en la política y poco o nada en las miserias humanas.
Seguiré creyendo en El Jefe, que con 73 tacos sigue estando en plena forma, y que cada vez más me saca de mis cabreos con el mundo.
Lo dicho, este domingo iré con mi nieto a votar y lo haré porque, ante todo, votar es un derecho, Y por mis padres que votaron con casi 50 años por primera vez.
Os dejo con el Jefe y su Brilliant Disguise (Brillante Disfraz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario