viernes, 20 de abril de 2018

Mis cosas

Poco o nada le importa a Iglesias o Errejón, en definitiva a Podemos, la opinión de Izquierda Unida, y la del resto de sus supuestos "socios", sobre la elaboración de las candidaturas en Madrid. Eso es la (mal) llamada convergencia, amigos. Lo solucionan en una mesa de camilla entre tres, sin ningún respeto a IU ni a nadie, incluido sus militantes. Desde hace un tiempo mantengo, por las redes sociales, un prudente silencio sobre todo lo relacionado con IU, organización en la que he militando gran parte de mi vida. Tengo mucho respeto por mucha gente que aprecio en IU, pero por estos oportunistas de ahora, ninguno. No voy por la vida de resentido, pero tampoco de pagafantas y no comento más cosas por estos cacharros de las RRSS más que nada por mi salud mental y porque le tengo respeto a una organización en la que milité desde su fundación, más incluso que estos advenedizos que la gobiernan ahora.
En otros tiempos todas estas historias hubieran generado en IU un inmenso debate, hoy solo veo silencios.

Ya nadie habla como despreciaron a Izquierda Unida porque querían jugar la carta populista de 'los de abajo contra los de arriba', querían asaltar los cielos, con la inestimable ayuda de dos o tres canales de televisión, superando así la configuración clásica de la izquierda, hasta que IU les hizo falta para un sorpasso que nunca fue ni llegó. Quizás me equivoque, pero a la izquierda,o lo que queda de ella, le va a costar salir de este ciclo. Incapaz de generar un discurso social,(Relato, lo llaman ahora) más allá del simplismo populista, en una sociedad desideologizada y mediatizada. 

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