Creo que para alguien de izquierda el exilio republicano merece un respeto absoluto y no se puede ensuciar ni ponerlo a la misma altura con un personajillo tan mediocre como Puigdemont, que en Europa solo tiene de amigos a cuatro lumbreras de extrema derecha. Es tan claro que cuesta reiterarlo.
Pero bueno, allá cada cual con sus historias y sus tácticas, luego vendrán los lamentos y se preguntarán por qué pierden los votos a miles, a cascoporro.
Equiparlo con el exilio, además de una torpeza, es una estrategia suicida, que solo puede contribuir a perder más votos.
Gente de izquierdas con la que hablo habitualmente, no fanatizada, está muy cabreada
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