Años después, a mediados de los 80, Carlos Cano recordó aquella frase y Antonio Burgos la incluyó en el poema que estaba escribiéndole a Cádiz.
Más tarde se juntaron en Matalascañas y tras terminar de pulir la letra compusieron juntos la inmortal Habaneras de Cádiz.
Ha muerto Antonio Burgos. No era de mi cuerda, no me gustaba nada su "sevillanismo" rancio y el clasismo de sus artículos.
En los años 70 escribió Andalucía ¿tercer mundo?
un decálogo sobre Andalucía. Paro, señoritos, cortijos, dialectos, intelectuales, folklore y desarrollo ocupan las casi 200 páginas de este libro de cabecera para entender, un poco, aquel tiempo en esta tierra.
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