Los que vivimos la transición, vivimos momentos difíciles y también muchos momentos de satisfacción por lo que estábamos haciendo y consiguiendo. Con honradez, sacrificio físico, económico, cabreos, etc. Pero valía la pena estar en política con la única idea de cambiar la sociedad para bien y sin ninguna otra aspiración. Yo no me arrepiento, de lo único que me duele es que ahora sea tan distinto hacer política. Reflexiones en voz alta de un abuelo cebolleta.
Viernes. Buenas tardes
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