jueves, 2 de mayo de 2013

Sendero del Río Velillos

Moclín es un municipio del Poniente Granadino que guarda algunas joyas tanto naturales como histórico-monumentales. Conocidas son las diferentes fortalezas y atalayas que configuraron la última frontera de Al-Andalus. Sin embargo, menos popular es su entorno natural. A su paso por Moclín, el Río Velillos ha escarbado una espectacular garganta que separa las Sierras de Enmedio y del Marqués. La ruta del rio Velillos,también conocida por el Gollizno, es espectacular; recorre los pueblos de Olivares y Moclín pasando por dicha garganta. El sendero debería haber comenzado en Olivares, pero las últimas lluvias se han llevado el puente, impidiendo cruzar el río. Por lo tanto decidimos subir a Moclín, donde comenzamos la ruta, en sentido inverso. El principio del recorrido lo iniciamos en las faldas del castillo de Moclín, de época nazarí, con almendros y pinos a los lados del sendero. Os dejo un mapa de la ruta y algunas fotos 

1 comentario:

  1. Gracias

    Las costas son lugares especiales, allá donde los océanos o mares se juntan con el principal hábital humano, la tierra firme. En el interior, tierra adentro, tendríamos el equivalente de las riberas de los ríos, en las que también hay elementos característicos del litoral como las playas de arena (aunque cada medio tiene sus particularidades, igual que cada caso concreto de ambos).

    Aunque muchas partes de los litorales y orillas fluviales del mundo están sobreexplotados por la actividad humana, con los numerosos problemas que conlleva, todavía hay belleza y patrimonio natural y cultural en las costas y riberas, incluso en las zonas más explotadas.

    Para conocer bien el litoral y los márgenes de los ríos, sean continentales o de islas, lo mejor es recorrerlos a pie, bicicleta o cabalgadura (caballo, burro, ...). En muchos de estos lugares existen senderos marcados, ya sean PR (Pequeño Recorrido), SL (Sendero Local), GR (Gran Recorrido) u otros sin homologar por las federaciones de montañismo o similares.

    Pero muchos tramos costeros y ribereños están invadidos por la propiedad privada: viviendas, alojamientos turísticos (hoteles, etc.), restaurantes, fábricas, talleres ... Así, impiden a los peatones, ciclistas y jinetes transitar por ellos, y conocerlos y disfrutarlos.

    La ley suele proteger la costa y las riberas, garantizando su uso público, defendiéndola de propiedad e intereses particulares. P.e. la Ley de Costas de España ( http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1988-18762 ) otorga 6 metros de servidumbre de tránsito (paso) desde el límite interior de la ribera del mar (parte del dominio público marítimo-terrestre) y 100 metros de servidumbre de protección. Y la Ley de Aguas del mismo país ( http://boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2001-14276 ) dice que las márgenes de cauces continentales están sujetas, en toda su extensión longitudinal, a una zona de servidumbre de 5 metros de anchura, para uso público, junto al dominio público hidráulico, así como que hay una zona de policía de 100 metros de anchura en la que se condicionará el uso del suelo y las actividades que se desarrollen.

    Por tanto hay que hacer 2 cosas:
    Primero: Dejar libre al menos el espacio con servidumbre a lo largo de toda la costa y todas las riberas de río de todos los países del globo, retirando todo lo artificial que lo obstaculice.
    Segundo: Acondicionar en todos dichos litorales senderos, así como balizarlos o marcarlos.

    Al menos se debería hacer lo 1º. Ya con eso, mejor o peor, se podría circular libremente sin vehículo de motor, una vez no hay tapias, edificios, etc. que bloqueen el paso. Pero al menos en algunos tramos, p.e. de densa vegetación, peligro de derrumbes, etc., sí que habría que hacer lo 2º.

    Conocer es amar. Si podemos conocer la costa y las orillas de los ríos, podremos quererlos, y respetarlos, así como a todos los seres, sean humanos o no, vivos o no.

    ¡Por una Tierra mejor! ¡Viva nuestro planeta (y el resto del Universo)!

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