Walter Tavares vivía en una isla pobre y abandonada de África. Jamás había hecho deporte, pero sus 2'20 de altura llamaron la atención de un alemán que coincidía con él a diario. En menos de cinco años, un gigante desconocido ha pasado de no saber calzarse unas zapatillas a jugar en la NBA y en el Real Madrid.
Una tremenda historia humana
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