viernes, 25 de noviembre de 2011

¡Estoy jarto!, el grito de un andaluz cabreao

Estoy jarto. Tan jarto que ya no sé si decirlo, escribirlo, gritarlo, o ponerlo con la obligada hache.

Jarto de que a los andaluces se nos etiquete de vagos, sin criterio, apesebrados, subsidiados o incultos.Jarto que nos asocien únicamente con el flamenco barato, la juerga, los toros y el vino. 
Jarto de Loperas, de cuentachistes de mariquitas, de famosillos de tercera división ocupando platós para destapar sábanas, de historias de malayas y faletes. 
Jarto de ver en las series de televisión los papeles de criadas analfabetas o tontitos con acento andaluz y ningún presentador de informativos con nuestro acento.
 Jarto de ver programas de zapping o al patético y omnipresente Juan y Medio mofándose de nuestros ancianos en busca de pareja, dando la imagen de personajes grotescos. 
Jarto de nuestra imagen de sociedad subsidiada, cateta y sin criterio. Cansado de que se menosprecie nuestro acento, ese que imitan para hacerse el gracioso.
 Jarto de ver andaluces que únicamente triunfan en el programa de Patricia, Gran Hermano y similares.
 Jarto de Andaluces por el Mundo, sólo triunfantes, biencolocados o becados de Erasmus. 
Jarto de jesulínes, de pozí, de pantojas y copleras del hambre como triunfitos con bata de cola.
 Jarto del risitas y el peíto, de romerías y ferias para el tópico de una alegría artificial.
 Jarto de la duquesa de Alba (a la que hicieron hija predilecta de esta tierra -tócate los pirindolos-) de su hija, de sus hijos, de su yerno y sus trajes de flamenca.
 Jarto de toreros que se lían con fulanas, disfrazados de progres que ahora dicen sí al flamenco de la Humanidad cuando no hace días lo tenían sólo para su divertimento alquilado.
 Jarto, cansado, hastiado, aburrido me tienen con tanto botijo y pandereta.
 Jarto de una televisión andaluza que nos retrata con el Manu y los Morancos de Supersol.
 Jarto de tanto chistosos, chismosos, monologuistas y jubilados jartándose de comer en las fiestas de los ayuntamientos.
 Y más todavía, de la publicidad que utiliza a nuestras mujeres tan de su casa, limpia y escamondá. 

 Ojalá alguna vez los medios se acuerden de los millones de andaluces que se levantan cada mañana para levantar esto, o de nuestros padres y abuelos que emigraron hace décadas a Suiza, Alemania, Cataluña y País Vasco para trabajar donde nadie quería. Ojalá quien habla de nuestra incultura se acuerde de Séneca, Maimónides, Averroes, Góngora, Bécquer, Alexandre, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Machado, Falla, Zambrano, Picasso, Velázquez, Murillo, Cernuda, Alberti, Blas Infante,  Carlos Cano, Gala, Luís Rojas Marcos, García Montero, Sabina, Antonio Banderas,… 

Ojalá se acuerden de que hablamos con acento andaluz abogados, marineros, médicos, albañiles, arquitectos, camareros, taxistas, prostitutas, jueces, enfermeras, empresarios, policías, obreros, agricultores,… 
Ojalá se acuerden de los millones de personas que se parten los cuernos cada día desde Ayamonte hasta el Cabo de Gata, y de los otros millones de andaluces que siguen haciendo Andalucía más allá de Despeñaperros. Ojalá este amor, convertido en cabreo, lo leyera mucha, mucha gente. Ojalá diera la vuelta al mundo, aunque me temo que se quedará perdido en el inmenso océano de Internet.

Visto aquí

1 comentario:

  1. Soy un andaluz (de malaga) que vive desde hace dos años y medio en cataluña.
    Solo decirle que amen!!

    Un saludo!!

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